Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 4 de abril de 2004

La lengua es un comportamiento (también sindical)

    El poso que los estudios dejan en nosotros es en verdad diverso y no necesariamente inerte. Muy por el contrario, esas pequeñas partículas de saber en las que se sintetizan nuestros años de pupitre constituyen en numerosos casos el verdadero y casi único producto del líquido consumido y debidamente decantado. Todos podríamos citar ejemplos de uno y otro signo, pero a algunos se nos ocurre uno sin duda interdisciplinar del que nadie está exento y que, como valor suplementario, suele revelar mucho más de lo que aparenta.
 
    Del itinerario por las escuelas y facultades, pocas sentencias resumen con mayor nitidez todo cuanto pretendieron enseñarnos como aquélla que repetía con insistencia en la Escuela de Magisterio de León el profesor Don Waldo Merino, hombre pintoresco y talentudo, hoy ya fallecido, quien acostumbraba a iniciar el curso siempre con un mismo pensamiento: la lengua es un comportamiento, decía. En efecto: si es verdad aquello que alguien acuñó -por sus obras los conoceréis-, no es menos cierto que la lengua es mucho más que gramática, sintaxis o léxico y que, por su condición de bien natural, gratuito y común, se convierte en la primera evidencia de quiénes somos y cómo somos, así ante nosotros mismos como ante quienes nos conviven. Y ello, se mire como se mire, por igual en todo ámbito y contexto.
 
    La esfera sindical no escapa de esta circunstancia. Incluso podemos decir que en dicha esfera se manifiesta con necesaria reiteración por cuanto la palabra, dicha o escrita, es elemento primordial de toda nuestra acción sindical. Nos pasamos el día leyendo o escribiendo comunicados y documentos, elaboramos carteles y pancartas, celebramos asambleas y reuniones sin cesar, discutimos y matizamos, escribimos ponencias y las enmendamos: el discurso, en suma, es la seña de identidad de nuestro trabajo. Y el discurso, por supuesto, es lenguaje.
 
    Pero todos esos textos, nuestra oratoria, los correos electrónicos... mucho de nuestro actuar lingüístico se nos atraganta y nos delata más aún que el contenido de cuanto escribimos o decimos. Cierto es que el medio es el mensaje, pero no lo es más que el código que utilizamos y cómo nos servimos de él. Para glosarlo, baste una mínima observación atenta al alcance de cualquiera, una ojeada escrutadota sobre los montones de papeles o correos que manejamos; o sirvan los ejemplos que a continuación se citan y que no tienen otro objetivo que colaborar en ese empeño:
  • Ellos preveen que aumentaran los alumnos, sobro todo en primavera, y que hay que ir a por las tardes, y el tema de los fines de semana durante el año 2004. No obstante, si se está produciendo deficiencias en el servicio...., en los casos que así sea, se estudia y se corrige inmediatamente. Es Eulen, quien en función de las horas de servicio, recorta o aumenta las jornadas de los trabajadores. En cuaquier caso, estamos a los que consideremos oportuno, tanto desde el punto de vista "educativo", como desde el punto devista de los trabajadores en relación a la federación. (X ha estado varias veces conmigo, ha tenido contactos con la empresa y están realizando cosas con los trabajadores (comunicados, asambleas, etc.). Por lo tanto, está al corriente del asunto y hemos trabajado en este problema respecto a los trabajadores y el sercicio. (Copia literal de un fragmento de una carta sobre el ‘Programa Madrugadores’. Diciembre 2003). 
  • Apreciables compañeroas/oa. Desde Palencia os pido que si alguien tiene alguna legislación sobre ratios, por favor lo más rapidamente posible, mandarmelo. Otro asunto es que me digais que medidas vamos a llevar sobre el tema del mes sin cotizar en la S.S. que nos han quitado en nuestra Consejería, aquí no nos sirve que nos digan que está pagado, de lo que se trata es de que conste reflejado en la vida laboral y yo hoy la he pedido y sigue sin solucionarse; aparte de hacer porque esto se resuelba, podiamos aprovechar las Eleciones para salir a la prensa y darles “caña”. Espero respuesta. (Copia literal de un correo electrónico cualquiera. Febrero 2004). 
  • XI. La formación sindical como parte del enriquecimiento organizacional. (Copia literal del título correspondiente al Capítulo XI del texto denominado ‘Propuesta para el Programa de Acción 8º Congreso Confederal’ o enmienda a la totalidad. Marzo 2004 ). 
  • Para CC.OO. la realidad es bien distinta tanto a los que dibujan una región sin solución como a la que nos sitúan en unos parámetros idílicos. (Copia literal de las líneas 22-24 del Capítulo 2 de la Ponencia para el 8º Congreso de la Unión Sindical de CCOO de Castilla y León. Abril 2004).
    En todo esto no hay moralina ni moraleja, sino una evidencia entre tantas otras de cómo nos comunicamos. Si la verbalización de nuestros pensamientos es como acabamos de reproducir en los textos precedentes, cabe preguntarse cómo es el orden interno de ese pensamiento y cómo actúa en consecuencia su autor o autora cuando hace uso de las atribuciones sindicales en virtud de las cuales han sido aquí mostrados. Como mínimo, podríamos pensar en manos y en palabras de quién depositamos esas atribuciones. Naturalmente, no se trata de evaluar la tarea sindical sólo por este método, pero sí también por este método tan revelador. Y, por supuesto, nadie está en condiciones de exigir ni calidad ni dominio lingüístico más allá del nivel de un simple Graduado. Ahora bien, al menos sí que podemos y debemos exigir que se utilice el corrector ortográfico de nuestro procesador de texto: basta con apretar una tecla. Porque si esto no se hace, además de ser unos mal hablados, demostramos que somos también vagos. Y malos sindicalistas.

Publicado en Notas Sindicales, agosto 2004