Blog de Ignacio Fernández

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viernes, 22 de enero de 2010

NURIA RUIZ DE VIÑASPRE: El pez místico

LA AUTORA.
     Escritora y editora nacida en La Rioja en 1969. Ganadora del Premio de Poesía Ciudad de Tudela 2n 2004. Se la puede encontrar en el blog personal http://www.rasca-cielos.blogspot.com.es/ y en su propia página web http://www.nruizvinaspre.com/.

EL LIBRO.
     Publicado por Olifante Ediciones de Poesía. Dice de él S. Andrés Montaner: "...es el jeroglífico de la piedra filosofal en estado puro. A veces es su propio pez el que nace en el agua metafísica y vive en ella a pesar de sobrellevar metamorfosis a merced de sus manos. Liofiliza su cuerpo separándolo de sus sustancia original. Muerte y renacimiento. Es un pez misterioso, nitrogenado. Un pez sin huesos, una iconografía cristiana. El humano quiere una y otra vez pescar simbólicamente este pez dejando estéril ese trozo de agua para adueñarse de su lado más abstracto, de esa iconografía. Insiste en sacarlo de su medio, pero una vez en sus manos le desconcierta ese lado terrenal que tanto le acerca al desierto en el que se ha convertido la Tierra. Este pequeño pez en el ancho mar es al fin alcanzable gracias a sus múltiples muertes. Un pez filosófico convertido en un pescado. Un metido en un traje".


EL TEXTO.
El pez místico cayó en tierra
agua primordial filosófica
era su moral en cruz
pero descendió a este suelo nuestro
dejándolo vacío y roto
¡qué hallazgo de esqueleto
hallé en este ser tan equívoco!
¡qué hermética su materia
fijada en el ancla de mi vida!
¡qué inequívoca declaración de amor!
Presentación en León, 22 enero 2010

sábado, 2 de enero de 2010

LOS CARDIACOS: Integral

    Atina el poeta Benjamín Prado cuando señala que “todas las canciones terminan por ser tristes, por ser la banda sonora de algo que has perdido”. Pero esa frase, aun con ser cierta en lo personal y en lo sentimental, no hace justicia a la dimensión artística y estética de las propias canciones y de la música. La banda sonora de nuestras vidas puede ser triste, en efecto, si la escuchamos sólo como el eco de un pasado irrecuperable; pero ese eje nostálgico debiera atenuarse –para ser objetivo- con una perspectiva de la distancia que decante tanto las vivencias como los sonidos que las envolvieron. Por ejemplo, a treinta años vista de aquel concierto fundacional de la movida en homenaje a Canito, el batería de Tos, nuestra imagen de entonces, por más que fueran tiempos alegres, se nos aparece hoy tan cándida como palurda. Sin embargo, aquellas canciones gloriosas y herejes, exceptuados algún bote de Colón y otras Maripilis, han ganado cuerpo con la crianza.

    Es verdad que la reedición de muchos de aquellos éxitos obedecen simplemente a una estrategia de mercado que apenas si aporta algo nuevo al fenómeno: se limitan, por lo general, a recopilar melodías como quien contempla sin más un álbum de cromos de la niñez o las fotografías de quienes fueron compañeros en la orla del instituto o de la facultad. Es decir, como si detrás no hubiera una historia que investigar o detalles que esclarecer. No es el caso, por fortuna, del material que aquí nos ocupa, este monumental disco-libro de Los Cardiacos que responde al título de Integral y a un subtítulo elocuente, 30 aniversario (1979-2009). En él encontramos todo y más sobre este grupo leonés de largo recorrido: cuatro discos que incluyen grabaciones perdidas e inéditas, versiones imposibles en estudio y en directo, y, por supuesto, el catálogo completo de todas (o casi todas) sus canciones; también la reproducción gráfica de su discografía y de sus letras, junto a un archivo fotográfico y periodístico muy curioso; y, claro, unos textos que abarcan desde la biografía minuciosa del grupo hasta las que denomina Cardi-rutas por León, Valladolid, Madrid u Oviedo.

    Además de todo lo anterior, algunas perlas escritas vienen firmadas por nombres variopintos, que ilustran a su vez la repercusión que Los Cardiacos han llegado a alcanzar: el escritor Julio Llamazares, el que fuera Secretario General de CCOO Antonio Gutiérrez, el Procurador de las Cortes de Castilla y León Javier García Prieto y el portavoz socialista en el Congreso José Antonio Alonso; también los críticos Diego A. Manrique, Pablo Carrero, José Antonio Reñones y Carlos del Riego. Ahora bien, nadie dude de que lo que de verdad importa de todo este material son las canciones, y en esa materia Los Cardiacos firmaron un cancionero fundamental, que probablemente no nos asegure la felicidad, como las viejas discográficas, pero que –eso sí- nos rescata de cualquier tristeza tonta.

Publicado en Notas Sindicales, febrero 2010