Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

lunes, 24 de enero de 2011

NURIA RUIZ DE VIÑASPRE: Tablas de carnicero

LA AUTORA.
     Escritora y editora nacida en La Rioja en 1969. Ganadora del Premio de Poesía Ciudad de Tudela 2n 2004. Se la puede encontrar en el blog personal http://www.rasca-cielos.blogspot.com.es/ y en su propia página web http://www.nruizvinaspre.com/.

EL LIBRO.

     Escriben Arturo Borra y Laura Giordania en la introducción que "Tablas de carnicero retoma un símbolo que permite introducir lo no-poético en lo poético, poniendo en entredicho la separación purista de lo estético y lo mundano. Sólo una poesía que interroga la herida puede escapar al autismo de los bellos sentimientos en plena devastación. Tras la huella de poetas como A. Gamoneda o más recientemente E. Ramón, Ruiz de Viñaspre se despoja para hablar del mundo sangrante en que vivimos. Necesitamos más voces que nos recuerden la sangre que abona nuestro bienestar. En este sentido, la poeta acepta aquí esa compleja tarea, constituyendo una cruda redescripción del presente, sin complacencias. Acaso si nuestro apetito sólo pudiera construirse ahí, en ese holocausto silencioso, más nos valdría morir de inanición".

EL TEXTO.
Parturientas vacas
que traéis al mundo una lechal vida
pensadlo
lo que traéis no es más que
otra descuartización en ciernes
que se exhibe sobre
la misma tabla de anatomía.
Presentación en León, 24 enero 2011

domingo, 16 de enero de 2011

Automóviles

    Una leve mirada sobre las cifras de ventas de coches es suficiente para reconocer por donde anda la economía española. Por donde mal anda, mejor dicho. Desde que en el pasado mes de julio el Gobierno eliminara las ayudas para la compra de vehículos, es decir, desde que cada cual tiene que rascarse el bolsillo hasta el último céntimo para efectuar esa compra, los datos indican que el mercado se ha venido abajo. Y si en una sociedad motorizada como la nuestra, en la que no sólo el comercio sino también la fabricación de automóviles y de sus componentes constituye uno de los principales ejes del aparato productivo, las cifras se derrumban, evidentemente la conclusión es que algo va mal. Máxime si observamos aquellos años de vida alegre, cuando dentro del país fabricábamos coches para vender principalmente a europeos del Este, mientras nosotros comprábamos vehículos alemanes como si nos hubiera tocado la lotería.

   Sin embargo, lo esclarecedor no es sólo que se vendan más o menos coches, sino qué tipo de segmento mantiene o mejora sus estadísticas y qué otros se arrastran en la parte baja de los gráficos. Entre estos últimos, naturalmente, los comunes, esto es, ciudadanos, utilitarios y familiares. Entre aquéllos, grandes berlinas, deportivos y todoterrenos. La deducción es inmediata: la crisis no afecta a todos por igual, alguien continúa lucrándose de forma desvergonzada, mientras la mayoría se somete a eso que llaman tiranía de los mercados que nos gobiernan. O peor aún, se entregan a los vehículos de ocasión, sobre todo a los denominados mileuristas, cuyas ventas han conocido un rápido aumento en los últimos meses.

     Pero no es sólo que a unos les vaya bien y lo ostenten de modo impúdico y que a otros –los de siempre- les lleguen épocas de amargura. Esto es únicamente un ejemplo de una descompensación que amenaza con arruinar la cohesión social, en la medida en que el peso de los salarios dentro del Producto Interior Bruto (PIB) disminuye en sentido inverso al aumento de los beneficios empresariales. O también en la medida en que esos salarios apenas han alcanzado un incremento medio en 2010 del 1’3%, muy por debajo del 3% del Índice de Precios al Consumo (IPC). En semejante tesitura no hay quien comparta la oposición radical de los empresarios leoneses a que se incluya la cláusula de revisión salarial en los convenios; sobre todo cuando los tales empresarios son, por lo general y con respeto, apenas una pandilla de tenderos y taberneros que pronto se quedará sin clientela.

Publicado en La Crónica de León, 27 enero 2011