Blog de Ignacio Fernández

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jueves, 12 de enero de 2012

Los libros


     Lo cierto es que el libro ya no figura como tal en el organigrama de la Administración del Estado. Como quien no quiere la cosa, la marea de reformas ha subsumido la difunta Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas en la de Políticas e Industrias Culturales y, apellidada en último término, del Libro. Así que apartémonos en esta entrega siniestra de los titulares, análisis y opiniones que atienden debidamente al glosario de ajustes, recortes y otras amputaciones que nos asfixian y observemos este rincón simbólico de la poda. Y sírvanos para ello un discurso de Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo en septiembre de 1931, cuando señaló: “No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social”. ¿Por qué tenemos la impresión de que ese maquinismo y ese esclavismo están en marcha? ¿No tendrá algo que ver en ello decisiones como la aquí comentada, unida a la merma de recursos en la educación pública y a la próxima degeneración de la televisión también pública (ya padecimos el regreso de Ana Obregón de la mano de José Luis Moreno)? ¿Cuál fue la razón para no cerrar durante las pasadas navidades las instalaciones deportivas municipales y sí en cambio algunas bibliotecas? ¿A cuento de qué resultó desierto el XLI Premio de Poesía González de Lama? ¿Qué relación tiene con todo esto la mosca gigantesca colgada al lado del Archivo Histórico Provincial?

Publicado en La Crónica de León, 13 enero 2012

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