Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

lunes, 27 de febrero de 2012

El roto y el descosido


     Es verdad, en esta sociedad líquida donde hemos desembocado valemos lo mismo para un roto que para un descosido: si el descosido es una contrariedad, el roto es una contrariedad mayor, pero importa poco.

     La Concejalía de Igualdad, Mujer, Derechos Humanos y Plan de Drogas del Ayuntamiento de León se ha deshecho, por mor de ajustes y austeridades, de la figura y de la persona de su agente de igualdad, es decir, de quien aplicaba de modo profesional la perspectiva de género en la actividad municipal y para toda la ciudadanía. En su lugar, serán las personas encargadas del programa de drogodependencia quienes lleven a cabo esa tarea.

     Algo parecido ha acordado la Junta de Castilla y León, a través de su Consejería de Familia, cuando piensa en unificar en una sola red los servicios de información juvenil y de igualdad con oficinas únicas provinciales. Lo anunció la Consejera Milagros Marcos el 3 de febrero al Consejo Regional de la Mujer, en este caso para optimizar recursos y aprovechar sinergias según sus propias palabras. Esto es así porque al parecer han detectado -¡qué cosas, precisamente ahora!- que la información requerida por mujeres y jóvenes coincide en el 90 por ciento de los casos -emancipación, empleo y vivienda- y que el 60 por ciento de los jóvenes usuarios son mujeres.

     No es éste un fenómeno nuevo, sin embargo, y casi seguro que crecerá en los próximos tiempos. De experiencias pasadas podrían dar testimonio, por ejemplo, los trabajadores de la mina, cuyas labores se asignaban antaño a personas y funciones especializadas y que cada vez más se ejecutan de forma multifuncional y polivalente. O también quienes se dedican a la enseñanza, obligados más y más a impartir asignaturas afines no importa el grado de afinidad y de cualificación. La única diferencia en unos y otros casos aquí expuestos, aparte de la valoración que a algunos les merece el trabajo concreto y la necesaria profesionalidad, es que lo que se soluciona con hilo y aguja bien se puede resolver con un remiendo o una pieza, da igual el resultado.

     El Real Decreto Ley 3/2012, de 10 de febrero, la famosa reforma laboral, va más allá en todo esto y sólo así se pueden entender, entre otros aspectos, la descausalización en la práctica de las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo o la movilidad funcional, que viene a sustituir las categorías por grupos profesionales. Se agruparán así unitariamente, dice el texto, “las aptitudes profesionales, titulaciones y contenido general de la prestación, y podrá incluir distintas tareas, funciones, especialidades profesionales o responsabilidades asignadas al trabajador” (se supone que también a la trabajadora). Lo dicho: lo que vale para un roto vale para un descosido, el nuevo lema de la anti-competitividad.

     Mas no neguemos la evidencia y razonemos. Es cierto que entre funciones, tareas o asignaturas existe un campo de intersección que puede y debe ser aprovechado. Sin ir más lejos y si se me permite este protagonismo, una Licenciatura en Filología Hispánica habilita para impartir clase de Lengua Española. Podría impartirla también en un momento dado de Latín, de acuerdo con los actuales currículos y con la formación que recibimos en el Bachillerato antiguo y en la Universidad. Pero no ocurriría lo mismo con la Lengua Francesa, por más que una y otra sean lenguas románicas y la cursáramos siete años en Bachillerato y unos cuantos más en la Universidad; a no ser que quisiéramos limitar la enseñanza a la gramática, y en dudosas condiciones, e ignorásemos que el aprendizaje de una lengua se hace con el fin de ser usada no tanto como aprendida.

     Así pues, como en este ejemplo, podemos compartir que existe espacio para el mejor rendimiento de algunos recursos humanos y para lo que llaman productividad. Ahora bien, siempre y cuando entendamos que se trata de algo circunstancial, susceptible de acordarse entre las partes implicadas y, desde luego, como una organización ni óptima ni final del trabajo. Cuestión muy diferente es el intrusismo, como el señalado en los ejemplos sobre la igualdad, donde lo que estamos haciendo es despreciar directamente a unas profesionales, minusvalorar un concepto y unos valores básicos para la vida democrática, y depreciar el servicio que las administraciones deben prestar a ciudadanos y ciudadanas en esta materia.

     Al borde de una nueva edición del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, se hace necesario reclamar de nuevo un traje digno para los asuntos de igualdad que tan mal futuro van a tener en esta crisis eterna. No sirven saldos ni gangas de ocasión, no valen rotos ni descosidos, no nos conformemos con arreglos. El lenguaje de la Consejera es muy bonito pero no dice la verdad: la Consejería de Familia está renunciando deliberadamente a sus competencias. Lo de la Concejalía del Ayuntamiento es harina de otro costal: sencillamente se llama indolencia.


Publicado en Diario de León, 27 febrero 2012

miércoles, 22 de febrero de 2012

La marca


     En estos tiempos de marcas, logos, signos, tatuajes, etiquetas y otros atributos que certifiquen externamente nuestra singularidad, también la España nuestra y la de Cecilia persigue con ahínco una señal, un lema, un distintivo que nos haga únicos y excelsos en el universo mundo. Y puesto que son estos unos tiempos muy poco dados a la épica de cualquier tipo, hete aquí que nada mejor que el deporte y sus héroes para ilustrar las glorias nacionales y el progreso de lo hispano hacia cotas inalcanzables para otros pueblos más vulgares. De paso, exaltamos el patriotismo que es, junto al miedo, el principal impulso del adormecimiento de las masas y de la idiotez social que tan magnos réditos producen a los mercaderes. Es lo que hay, como diría el otro, y por eso montamos un dos de mayo frente al sarcasmo de unos muñecos franceses y hacemos senadores o levantamos estatuas a los deportistas agredidos, siempre y cuando no se llamen, a pesar de haberse nacionalizado, Johann Mueleg, Josephine Onyia ni Alemayehu Bezabeh, que en paz descansen. También el cinismo, como se ve, es una marca nacional. Y la miopía, naturalmente, que nos oculta la visión de otra España tan perenne como ancestral, cuyos atavismos creemos a veces superados, pero que al cabo terminan por resurgir. Apenas concluyendo el segundo mes de este año fatal, indicios, si no realidades, vuelven a observarse de este fenómeno astral que sitúa al país como inigualable entre los inigualables. Desde los garzones a los camps, desde las reformas a las proclamas de austeridad, desde los modales a los pregones de semana santa, la España de la boina vuelve a amanecer y nos lleva a revisar en la literatura una expresión que nos signifique por encima de otras modernidades fenecidas. Lo dijo mejor que nadie Antonio Machado en el poema titulado Por tierras de España, ése que concluye con un verso capital: “…por donde cruza errante la sombra de Caín”.

Publicado en La Crónica de León, 24 febrero 2012

jueves, 9 de febrero de 2012

Los bares


     Que las administraciones en general y la Junta de Castilla y León en particular velan por nosotros nadie lo duda. Que su principal inquietud es el bienestar de todos sus administrados evidentemente tampoco. Que para uno y otro objetivo toman decisiones sabias y adecuadas según el momento parece incuestionable. En suma, estamos en buenas manos. Al menos no de otro modo puede entenderse que en tiempos tan turbulentos y desastrados como los presentes haya tenido nuestro Gobierno regional la feliz idea de multiplicar el número de bares en nuestras ciudades. Es más, parece ser que la iniciativa proviene de la Federación Regional de Municipios y Provincias, asociación integrada por ayuntamientos, diputaciones y otras entidades locales, a cuyo frente se colocan así mismo gentes sabias que también pierden el sueño por el bien de los pobres mortales. Con esta decisión, previa modificación de leyes menores y sin importancia como la Ley de Prevención, Asistencia e Integración Social de Drogodependientes, la Ley del Ruido y la Ley de Prevención Ambiental, y mediante la enmienda de otra Ley tan apropiada para lo que aquí tratamos como la de Medidas Tributarias, Administrativas y Financieras, desaparecerán los límites físicos actuales entre establecimientos hosteleros para la venta de bebidas alcohólicas, que es como los nombran nuestros comités de sabios, y podrá ampliarse su aforo sin mayores trámites. Todo ello, claro, con el afán de impulsar estos negocios que, como todos sabemos, se confirman por fin como el famoso nuevo modelo productivo, cuyo advenimiento aguardábamos ansiosamente para recuperar el pulso económico y laboral en esta bonita región. Ni reforma laboral, ni financiera, ni fiscal ni dios que lo fundó. Para qué si con los bares tenemos bastante para olvidar las penas y de paso cumplimos con lo afirmado por una voz tan sabia como popular: “mientras haya pa beber… pa comer ya pediremos”.

Publicado en La Crónica de León, 10 febrero 2012

jueves, 2 de febrero de 2012

JUAN MORENO: Comisiones Obreras en la Dictadura

EL AUTOR.
     Juan Moreno nació en 1947 en Medina de las Torres (Badajoz) y vivió en Almendralejo hasta 1959, cuando su familia emigra a Madrid. En 1967 trabaja como mecánico en Fiat Hispania, donde es elegido vocal jurado en 1971 y en 1975, vocal provincial del Sindicato del Metal. Tras ocupar varias responsabilidades en CCOO de Madrid, pasa a ser, entre 1976 y 1980, secretario de organización de la Federación del Metal de CCOO. En 1983 es elegido diputado de la Asamblea de Madrid por el PCE y ese mismo año Secretario General de la Unión de Madrid de CCOO. Durante tres mandatos (1988-2000) es secretario confederal de Relaciones Internacionales de CCOO. En 2000 se ocupa de la Oficina de CCOO en Bruselas hasta 2002, año en que es nombrado miembro del Comité Económico y Social de la UE, tarea que compatibiliza con la de consejero de la Confederación Europea de Sindicatos para América Latina. En 1999 publica el libro Sindicatos sin fronteras y en 2006 (junto a Emilio Gabaglio) El reto de la Europa social.

EL LIBRO.
     El libro narra las luchas de las iniciales Comisiones Obreras, más o menos espontáneas, hasta la legalización, en abril de 1977, de la Confederación Sindical de CCOO, recorriendo sus movilizaciones y los sacrificios de sus militantes y dirigentes.
     Comisiones Obreras en la Dictadura es un estudio centrado en la dimensión general de CCOO, pero explica también la expansión de las Comisiones Obreras por todo el país, basándose en los testimonios y aportaciones de históricos militantes, así como de los investigadores vinculados a los archivos y fundaciones de CCOO.
     A lo largo de sus páginas se pone de relieve que Comisiones Obreras, como demuestran los archivos del siniestro Tribunal de Orden Público, fue la organización social más destacada y más golpeada durante gran parte de la dictadura franquista. Las huelgas numerosas en los diversos sectores: metal, construcción, minería, textil, etc., en diversas provincias y los continuos procesos, como el “1001” o el de “los 23 de Ferrol”, fueron decisivos en el combate por la libertad sindical, por la amnistía y por la democracia.
Presentación en León, 2 febrero 2012