De la trama nos quedamos con la figura de una mujer,
Anne, que acompaña a su hijo a clase de piano. La profesora le instruye de
forma reiterada en una misma partitura, una sonatina de Diabelli que debe
tocarse en moderato cantábile,
es decir, en un ritmo moderado y cantante, como si viniera a tratarse de una
canción [www.sheetmusic2print.com/Media/Diabelli/Sonatina-168-1-III.mid].
Y esto, lo del ritmo, sin olvidar lo literario, nos lleva al que será nuestro
segundo gen, sobre el que también podemos rastrear otros ejemplos en la red:
sin ir más lejos, Frédéric Chopin [www.youtube.com/watch?v=o9m8kZuBG5A].
Recapitulemos, pues. Moderato: término musical que prescribe una ejecución
discreta y moderada, alejada de excesos expresivos. Aplicado a otras voces,
añade la idea de moderación al movimiento. Cantábile: Voz italiana que indica que un pasaje musical
debe interpretarse dando relieve a la melodía principal.
Así somos, así seremos en este paraje digital, desde
donde proclamaremos nuestra propuesta musical. No una proposición cualquiera,
evidentemente. Acabamos de indicar, de hecho, los que serán dos de sus
denominadores comunes: lo literario y lo musical. Pero hay más, al menos otro
dúo que presentamos a continuación: la canción y la palabra.
De forma inevitable, siendo como somos, topamos con la
canción. Nos gustan las canciones, es así, las melodías cantables, el
cancionero en general siempre y cuando lo guíe el buen gusto y cierto afán de
estilo. Canciones clásicas y jóvenes, eternas y efímeras como la vida misma,
canciones de amor y de muerte –casi todas, deberíamos señalar-, canciones que
hablan del mundo y de sus sombras, de los misterios y de las claridades…
mediante las que penetrar la realidad con ojos líricos.
Posiblemente, si hubiera que seleccionar una canción,
una sola canción para resumir el espíritu que nos animará en ésta y en
sucesivas entregas, no habría ninguna duda, una de las más hermosas: Te
doy una canción, del cantante cubano Silvio Rodríguez [www.youtube.com/watch?v=IzAaQDf1Oxg&feature=related]. Cuidado que es amplio el cancionero y en él bucearemos como arqueólogos
marinos para ofreceros ánforas valiosas y tesoros sumergidos. Sin embargo,
nuestras señas de identidad están tan claras que la respuesta no conoce
titubeos.
Pero esto es sólo una presentación y, como tal,
susceptible también de matizarse. Al fin y al cabo, canciones hay para todas
las edades y para todos los tiempos, incluso para estos tan turbios en los que
habitamos hoy. Ya lo dejó escrito el poeta Bertolt Brecht: “Y en los tiempos
oscuros, ¿habrá canto? Sí, habrá el canto sobre los tiempos oscuros” [https://sites.google.com/site/bertoltbrechtpoemasycanciones/].
Así pues, la palabra por fin, el haz o el envés de la
música, según se mire, cuando se produce el maridaje de la canción. Como
sentenciaba Sigmund Freud: “la ciencia moderna aún no ha producido un
medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras
bondadosas”. Y es que, si en el principio fue el verbo, o eso cuentan al menos,
lo que sí podemos afirmar los ilusos mortales es que en todo el recorrido
restante hasta el fin siempre nos quedan las palabras, ya sea según versión de
Blas de Otero, de Paco Ibáñez o del grupo Aguaviva [http://antologiapoeticamultimedia.blogspot.com.es/2006/08/me-queda-la-palabra.html].
De modo que música, literatura, palabra y canción. Una
elaboración de repertorios y una exploración del cancionero en el sentido más
amplio, para concluir en lo que hoy nombran como playlist y que siempre
conocimos como una lista de reproducción o de escucha. Con una particularidad:
lo que fue en su día, a lo largo de ocho cursos de emisiones en la Radio Universitaria,
una expresión sonora que todavía puede rastrearse en la red [www.ivoox.com/escuchar-radio-universitaria-leon_nq_9212_1.html],
se abre ahora al mundo en este nuevo formato que quiere apurar también todas
sus posibilidades de comunicación. Eso sí, siempre con una misma intención
lírica y política. Modestamente, lo que canta Bruce Springsteen en We are
alive [www.youtube.com/watch?v=mVxc-tubIyE]:
“Estamos vivos, / y aunque nuestros cuerpos yacen abandonados / aquí en la
oscuridad, / nuestros espíritus se elevan / para llevar fuego y encender la
chispa / para pelear hombro con hombro / y corazón con corazón”. No otra es, en
suma, la inspiración y el programa de Moderato Cantábile.
Publicado en Conecta León 1, septiembre 2012
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