Blog de Ignacio Fernández

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viernes, 30 de noviembre de 2012

Los emprendedores


     Lo que se lleva, dicen, son los emprendedores. No se lleva el trabajo ni se lleva la empresa, el formato de moda es hoy el de la persona que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas, como lo define la Real Academia. Resulta elocuente sin duda, pues la dificultad y el azar tienen bastante que ver con el devenir de las sociedades actuales. De hecho, no se emprende cualquier cosa, sino una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro, según la misma fuente. En suma, nada fácil por más que nos lo repitan a menudo como la fórmula al alcance de cualquiera para la total sanación de nuestros males económicos y laborales. Porque, al cabo de todas las digresiones que podamos hacer al respecto, lo que en verdad anida en este fenómeno vuelve a ser, como en tantas otras invenciones poscontemporáneas, un asunto lingüístico. Cargados de notables connotaciones negativas términos como empresario o trabajador, por no decir autónomo, la castidad y nadería del emprendimiento llega para sustituir a todo aquello que huele a rancio, a siglo XX o a conflicto de clases. Pero sólo en la superficie pues, si exceptuamos a los locos inventores en sus locos garajes de siempre, inclinados ahora hacia lo digital y reticular, lo que se nos aparece de nuevo son los mesoneros y tenderos de toda la vida pasados, eso sí, por el tamiz de lo ecológico, lo étnico, lo online, lo low-cost o similar. Mientras tanto, el Instituto de Estadística nos cuenta que en la provincia de León se han perdido desde 2008 hasta principios de 2012 un total de 1.626 empresas, la mitad de ellas dedicadas al comercio, las cuales, conforme al nuevo diccionario, no debían tener al frente a emprendedores, sino a rudimentarios individuos que arriesgaron su capital y a algunos otros que apenas aportaban su mano de obra, esas técnicas tan antiguas. De otro modo no hay quien consiga entender este cataclismo verbal.

Publicado en La Crónica de León, 30 noviembre 2012

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