A estas alturas del partido parece no quedar ángulo
alguno para el análisis de las crisis, sus efectos y sus dramas. O tal vez sí.
Nadie, que sepamos, se ha entretenido en la narración de este fenómeno que abre
una nueva era desde el punto de vista del cancionero. Resulta así que ese rol
parecía predestinado para las páginas y los sonidos de Moderato Cantábile, siempre dispuesto a rastrear entre los
cantables una expresión diferente de nuestra realidad. De modo que a ello
vamos.
Para empezar, nada mejor que recorrer un
puente en el tiempo que nos lleve desde los años 70 del pasado siglo hasta la
actualidad. En 1977, el desaparecido Carlos Cano grababa La murga de los
currelantes [http://www.youtube.com/watch?v=5bP7Eza1w70&feature=fvst]
y, en 2012, Paco Ortega hacía lo propio con La culpa es de los mercados [http://www.youtube.com/watch?v=uhs3r12UKrg].
Entre una y otra canción, casi como un viaje de ida y vuelta, se extiende la
historia moderna de un país que alcanzó su madurez precisamente en 1980, hace
menos y nada, cuando el Fondo Monetario Internacional nos declaró como un país
industrializado, dos años después de haber alcanzado la mayoría de edad
política con la Constitución de 1978. Hoy, todos los indicadores económicos,
sociales y laborales parecen devolvernos al punto de partida, incluso se da la
curiosa coincidencia de que nuestras dos canciones de cabecera compartan
numerosos puntos en común: ritmos populares andaluces, ironía de la buena y
denuncias en clave política.
Nada nuevo por otra parte. La España eterna se
retroalimenta a sí misma una vez más. Corría el siglo XIV cuando dos poetas,
Juan Ruiz Arcipreste de Hita y el catalán Anselm Turmeda, escribían textos
coincidentes sobre nuestras miserias y calamidades, resaltando con finura el
manejo que solemos hacer los españoles del dinero. Paco Ibáñez [http://www.youtube.com/watch?v=_qpzm2hHVtc]
y el valenciano Raimon [http://www.youtube.com/watch?v=JUAc8Er0BvE]
los devolvieron a la actualidad para refrescarnos la memoria; lo mismo que hizo
el primero con otro texto de parecido significado, en este caso firmado por
Francisco de Quevedo ya en el siglo XVII [http://www.youtube.com/watch?v=F21w6Ayw35c].
Da la impresión, en suma, de que eso que ahora llaman la “marca España” no
busca otra cosa que eludir el estigma de nuestras crisis, corrupciones y abusos
perpetuos, el auténtico y casi único genoma español desde los tiempos de Lázaro
de Tormes.
De hecho, las mismas constantes reaparecen si,
al proseguir nuestro itinerario temporal por los cantares, nos plantamos en
años mucho menos remotos y nos da por escuchar a Luis Eduardo Aute [http://www.youtube.com/watch?v=BgeEUIyyQ5k]
o a Amparanoia [http://www.youtube.com/watch?v=91bIcdeb4cs]:
“Hacer dinero con lo que sea, / hacer dinero es tu tarea”. Dinero, pasta,
cuartos, plata, parné, guita… esas monedas que, desde su invención, tanto
gustamos acumular. Y así es como se dictan leyes, se crean necesidades, se
imponen mercados, se manipulan precios, se corrompen gobiernos… todo con tal de
acumular riqueza sobre el hambre y la miseria de los desheredados de la tierra.
Porque nadie piense que lo nuestro es en verdad del todo diferente. Si abrimos el foco, los ejemplos se multiplican y nos sitúan en
clave universal: “El dinero es un crimen. / Compartidlo justamente, pero no
toméis ni una rebanada de mi pastel. / El dinero, según dicen, es la raíz de
todo el mal de hoy. / Pero si pides un aumento, no es ninguna sorpresa que no
te lo concedan”. Así cantaban en 1973, cuando la crisis del petróleo, los
entonces jóvenes muchachos de Pink Floyd [http://www.youtube.com/watch?v=CtQhMCUbpps],
en uno de los cantables que en más ocasiones ha servido como banda sonora para
las noticias económicas en estado más o menos terminal. Años después, Dire
Straits les tomaría el relevo con la canción Money for nothing [http://www.youtube.com/watch?v=4LlQhwPWeIw],
para volver a resaltar las contradicciones entre el sueño y la realidad. La
multiplicación de los euros y de los dólares, como la de los panes y los peces,
se prometía larga y copiosa. La burbuja se inflaba con todos nosotros dentro y
los mercaderes tóxicos hacían sus negocios con la mayor de las desvergüenzas.
De pronto, vino la crisis y aquí se ha quedado, dando lugar a un nuevo episodio
de Tiempos nuevos, tiempos salvajes [http://www.youtube.com/watch?v=2ad8qQ-_mgI].
Hasta aquí la lección de economía
cantada que a Moderato Cantábile le ha correspondido dictar para completar el relato
de nuestras crisis, en particular de la económica y financiera que tanto
sufrimiento nos produce. Situemos en el final un pensamiento y otra canción. La
idea es del escritor Juan Cruz, para quien “En épocas de gran penuria el dinero
se llamaba limosna. Ahora es una palabra y una amenaza que salta como los
lagartos y como las pesadillas”. La canción se titula Salud (dinero y
amor) [http://www.youtube.com/watch?v=FmwIE4Jrsfk]
y es un brindis muy necesario para sortear la catástrofe. Ya lo apuntaba El
Roto en uno de sus dibujos: “Al final de un callejón oscuro siempre hay un
bar”.
Publicado en Conecta León 4, marzo 2013
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