Blog de Ignacio Fernández

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viernes, 1 de marzo de 2013

Las crisis cantadas


A estas alturas del partido parece no quedar ángulo alguno para el análisis de las crisis, sus efectos y sus dramas. O tal vez sí. Nadie, que sepamos, se ha entretenido en la narración de este fenómeno que abre una nueva era desde el punto de vista del cancionero. Resulta así que ese rol parecía predestinado para las páginas y los sonidos de Moderato Cantábile, siempre dispuesto a rastrear entre los cantables una expresión diferente de nuestra realidad. De modo que a ello vamos.

Para empezar, nada mejor que recorrer un puente en el tiempo que nos lleve desde los años 70 del pasado siglo hasta la actualidad. En 1977, el desaparecido Carlos Cano grababa La murga de los currelantes [http://www.youtube.com/watch?v=5bP7Eza1w70&feature=fvst] y, en 2012, Paco Ortega hacía lo propio con La culpa es de los mercados [http://www.youtube.com/watch?v=uhs3r12UKrg]. Entre una y otra canción, casi como un viaje de ida y vuelta, se extiende la historia moderna de un país que alcanzó su madurez precisamente en 1980, hace menos y nada, cuando el Fondo Monetario Internacional nos declaró como un país industrializado, dos años después de haber alcanzado la mayoría de edad política con la Constitución de 1978. Hoy, todos los indicadores económicos, sociales y laborales parecen devolvernos al punto de partida, incluso se da la curiosa coincidencia de que nuestras dos canciones de cabecera compartan numerosos puntos en común: ritmos populares andaluces, ironía de la buena y denuncias en clave política.

Nada nuevo por otra parte. La España eterna se retroalimenta a sí misma una vez más. Corría el siglo XIV cuando dos poetas, Juan Ruiz Arcipreste de Hita y el catalán Anselm Turmeda, escribían textos coincidentes sobre nuestras miserias y calamidades, resaltando con finura el manejo que solemos hacer los españoles del dinero. Paco Ibáñez [http://www.youtube.com/watch?v=_qpzm2hHVtc] y el valenciano Raimon [http://www.youtube.com/watch?v=JUAc8Er0BvE] los devolvieron a la actualidad para refrescarnos la memoria; lo mismo que hizo el primero con otro texto de parecido significado, en este caso firmado por Francisco de Quevedo ya en el siglo XVII [http://www.youtube.com/watch?v=F21w6Ayw35c]. Da la impresión, en suma, de que eso que ahora llaman la “marca España” no busca otra cosa que eludir el estigma de nuestras crisis, corrupciones y abusos perpetuos, el auténtico y casi único genoma español desde los tiempos de Lázaro de Tormes.

De hecho, las mismas constantes reaparecen si, al proseguir nuestro itinerario temporal por los cantares, nos plantamos en años mucho menos remotos y nos da por escuchar a Luis Eduardo Aute [http://www.youtube.com/watch?v=BgeEUIyyQ5k] o a Amparanoia [http://www.youtube.com/watch?v=91bIcdeb4cs]: “Hacer dinero con lo que sea, / hacer dinero es tu tarea”. Dinero, pasta, cuartos, plata, parné, guita… esas monedas que, desde su invención, tanto gustamos acumular. Y así es como se dictan leyes, se crean necesidades, se imponen mercados, se manipulan precios, se corrompen gobiernos… todo con tal de acumular riqueza sobre el hambre y la miseria de los desheredados de la tierra.

Porque nadie piense que lo nuestro es en verdad del todo diferente. Si abrimos el foco, los ejemplos se multiplican y nos sitúan en clave universal: “El dinero es un crimen. / Compartidlo justamente, pero no toméis ni una rebanada de mi pastel. / El dinero, según dicen, es la raíz de todo el mal de hoy. / Pero si pides un aumento, no es ninguna sorpresa que no te lo concedan”. Así cantaban en 1973, cuando la crisis del petróleo, los entonces jóvenes muchachos de Pink Floyd [http://www.youtube.com/watch?v=CtQhMCUbpps], en uno de los cantables que en más ocasiones ha servido como banda sonora para las noticias económicas en estado más o menos terminal. Años después, Dire Straits les tomaría el relevo con la canción Money for nothing [http://www.youtube.com/watch?v=4LlQhwPWeIw], para volver a resaltar las contradicciones entre el sueño y la realidad. La multiplicación de los euros y de los dólares, como la de los panes y los peces, se prometía larga y copiosa. La burbuja se inflaba con todos nosotros dentro y los mercaderes tóxicos hacían sus negocios con la mayor de las desvergüenzas. De pronto, vino la crisis y aquí se ha quedado, dando lugar a un nuevo episodio de Tiempos nuevos, tiempos salvajes [http://www.youtube.com/watch?v=2ad8qQ-_mgI].

     Hasta aquí la lección de economía cantada que a Moderato Cantábile le ha correspondido dictar para completar el relato de nuestras crisis, en particular de la económica y financiera que tanto sufrimiento nos produce. Situemos en el final un pensamiento y otra canción. La idea es del escritor Juan Cruz, para quien “En épocas de gran penuria el dinero se llamaba limosna. Ahora es una palabra y una amenaza que salta como los lagartos y como las pesadillas”. La canción se titula Salud (dinero y amor) [http://www.youtube.com/watch?v=FmwIE4Jrsfk] y es un brindis muy necesario para sortear la catástrofe. Ya lo apuntaba El Roto en uno de sus dibujos: “Al final de un callejón oscuro siempre hay un bar”.

Publicado en Conecta León 4, marzo 2013

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