Blog de Ignacio Fernández

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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Con el alma llena de canciones


Así, parafraseando el título de una canción capital del grupo chileno Quilapayún, Con el alma llena de banderas [http://www.quilapayun.com/videos/elalma75.html], escrita por Víctor Jara y actualizada muy recientemente por el dúo Rojo Cancionero [http://www.youtube.com/watch?v=vf-PUH7l-Sw], a quienes pudimos escuchar en León el pasado mes de mayo con motivo del Día del Trabajo, iniciamos nuevo capítulo de Moderato Cantábile. Un título que colocamos aquí con toda intención, pues es la puerta de acceso más adecuada para ocuparnos a través del cancionero del 40 aniversario del golpe militar en Chile, aquel asalto al palacio de La Moneda en septiembre de 1973, que acabó con la vida de Salvador Allende y con muchas ilusiones democráticas, y que a la vez conoció un entorno musical antes, durante y después del suceso fatal del que merece la pena ocuparse.

De aquella fecha, el principal testimonio son las palabras del Presidente Allende en su despedida del pueblo chileno, aquel discurso que concluía de un modo encomiable: “Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor” [http://www.youtube.com/watch?v=xZeEfXjTNu4]. Es curioso, visto y escuchado desde la distancia de los años, reconocer ahora que esa intervención desesperada produjo un eco más esperanzador que abatido, al menos desde el ámbito de la canción que es el que nos ocupa. De inmediato nos viene a la memoria un cantable de Pablo Milanés que ayudó tanto a combatir la tristeza, Yo pisaré las calles nuevamente [http://www.youtube.com/watch?v=ur3mW68ISCE] o aquel himno de la Unidad Popular que interpretó el otro grupo emblemático chileno, Inti-Illimani, con el título Venceremos [http://www.youtube.com/watch?v=3yIgaHHIdbE]. No es arqueología musical aunque a alguien se lo pueda parecer. 
Lo cierto es que adentrarse en la música con raíces chilenas nos remite inevitablemente a Violeta Parra y a toda la saga de los Parra. El folclore y la música popular de ese país y de toda Latinoamérica tiene en ella el eje central, a partir del cual se despliegan voces y melodías sin fin. No es fácil, pues, colocar en nuestro álbum una única referencia, por más que a bote pronto sean posiblemente Gracias a la vida [http://www.rtve.es/alacarta/videos/musica-en-el-archivo-de-rtve/gracias-vida-violeta-parra/1298262/] y Volver a los 17 [http://www.youtube.com/watch?v=TdLlkZW58SI] los cromos más recordados de su vastísima producción. Dos canciones como los dos rostros de la artista, el de la ilusión y el del dolor presentido, curiosamente ambas grabadas de forma simultánea y contradictoria dentro de su último disco en 1966. Al año siguiente se produjo su suicidio.
De la fuente de Violeta manó el movimiento de la Nueva Canción Chilena que se desarrolló a partir de la década de los sesenta del pasado siglo. Aparte de los grupos citados al principio y otros, entre sus integrantes destacó muy especialmente Víctor Jara, que nos devuelve también al origen de este artículo. En efecto, Jara fue otra de las víctimas primeras del golpe y de la represión pinochetista en septiembre de 1973, y el valor de su pérdida sólo puede medirse por la proyección enorme que conquistó su repertorio. A medio camino entre la recuperación folclórica, la protesta social y la actitud más lírica, no es fácil, como en el caso de Violeta Para, resumir aquí todo su cancionero. Quedémonos al menos con un par de canciones como seña: Te recuerdo Amanda [http://www.youtube.com/watch?v=qfESgtCTn1Q] y Yo no canto por cantar [http://www.youtube.com/watch?v=4xRJ6jbCv1o].

En fin, lo que tampoco podemos ignorar cuando de Chile se trata es su larga y jugosa tradición poética, que con toda seguridad habrá contaminado a la canción y a la inversa. Nombres como Gabriela Mistral, Vicente Huidobro y Pablo Neruda se sitúan al frente del catálogo; pero también, naturalmente, el Premio Cervantes en 2011 Nicanor Parra. Vídeos de todos ellos hay al alcance en la red, como El hombre imaginario de Parra [http://www.youtube.com/watch?v=10NobVKg7fo], La espera inútil de Mistral [http://www.youtube.com/watch?v=KASHOl0mUVc] o Puedo escribir los versos más tristes esta noche de Neruda [http://www.youtube.com/watch?v=jF79a4K9wGg]. La audición de esos poemas en sus voces originales es desde luego algo impagable, lo cual no obsta para que dejemos de valorar la recreación musical que alguno de ellos ha merecido. Sin duda, el trabajo más reseñable en este sentido es el que dedicó Paco Ibáñez en 1977 a los poemas de Pablo Neruda (por cierto, otro cadáver en el entorno de aquel doloroso septiembre). En el último disco del cantante, recién editado, donde canta a los poetas latinoamericanos, vuelven a aparecer esos versos más tristes… [http://www.youtube.com/watch?v=eR7weeu6zNo].

A modo de coda final para el aniversario que hoy nos ocupa y como curiosidad añadida, cerraremos el cancionero con versiones recomendables de algunas referencias citadas. Es un ejemplo más de esta alma llena de canciones. Te recuerdo Amanda ha sido recreada, entre otros, por Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, Presuntos Implicados, José Mercé, Joan Baez, Joan Manuel Serrat, María de Medeiros y Fito Páez. Gracias a la vida por Chavela Vargas, Soledad Bravo, Luz Casal, Elis Regina y Facundo Cabral. Y Yo pisaré las calles nuevamente por Reincidentes y Víctor Manuel. Y ahora sí, para acabar, una última recomendación: la revisión de la trilogía filmada por Patricio Guzmán con el título La batalla de Chile, donde se relatan los sucesos ocurridos en Chile entre 1972 y septiembre de 1973, imprescindible de verdad.

Publicado en Conecta León 7, octubre 2013

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