Blog de Ignacio Fernández

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viernes, 25 de octubre de 2013

Stop your sobbing


     Aparte de que los jukebox iban siendo relegados a una presencia puramente decorativa o desaparecían sin más ante el empuje de otras fórmulas sonoras, no hay mejor constancia de esa evolución en las costumbres que unas palabras de Chrissie Hymde, la líder de los Pretenders: “Pertenezco a una generación que vivía el rock & roll y el pop como una pasión verdaderamente secreta, el lenguaje exclusivo de una secta que debía afanarse por buscar la música y la información. Ahora te lo dan todo en un paquete diminuto y es como si acudieras a la farmacia a comprar un medicamento genérico”.

     Naturalmente, entre aquellos años setenta y este siglo XXI hubo tiempos medios. Tanto es así que incluso los mismos Pretenders llegaron a tiempo todavía de sonar en los últimos jukebox en su época de esplendor, y fue en esas máquinas donde conocimos a este grupo que vino a ser algo así como el puente entre el punk y la new wave. Y quizá fuese esa condición híbrida la que le granjeó a Chrissie acusaciones de charlatana yanqui que nunca conseguiría nada, pues al fin y al cabo el punk reinante ya por entonces no era menos sectario que otros movimientos por más que presumiera de pisotear las diferencias de géneros.

     El caso es que, antes de que se apagaran para siempre, en la mecánica de aquellos aparatos se fueron sucediendo Stop your sobbing, Kid y Brass in pocket, una trilogía que nos conquistó. En particular la primera, simple y nada pretenciosa, como el nuevo estilo que se inauguraba; tal vez porque se trataba de una versión de The Kinks (1964), y nos permitía construir un puente más, en este caso hacia un pasado ni vivido ni escuchado en directo que se proyectaba hacia el porvenir. Es más, Pretenders también hicieron versiones de Hendrix, de Neil Young e incluso de Morrisey o Radiohead. En esa sucesión de recreaciones descubrimos, de hecho, un nuevo filón musical que no ha dejado de acompañarnos y que merece, creemos, una atención muy especial. Algunos ejemplos ya han sido comentados en esta serie que tiende a su fin, pero otros están llamados a protagonizar precisamente un nuevo espacio que genetikarockradio os ofrecerá a lo largo del próximo año.

     Claro que, no lo vamos a negar, hubo mucho más en el atractivo que nos enganchó a la banda anglo-estadounidense, y en ello tuvo bastante que ver la figura de Chrissie Hynde. Es posiblemente la vocalista que mejor ha corporeizado ciertos tópicos del rock & roll de los que, por supuesto, ni estábamos libres, ni falta que nos hacía. Y es que aunque habitábamos ya en otra etapa menos hormonal de nuestra vidas, todavía los últimos pósteres en las paredes revelaban ciertas adicciones inconfesables.

     En suma, Stop your sobbing apareció como single en 1979, un año antes de que fuese incluida en el álbum «Pretenders», el de su debut. Algo habría ya por entonces en esa música y en esa cantante que llevó a que Madonna afirmase: “Pensé: ella tiene agallas, ella es increíble. Me dio coraje, inspiración el hecho de ver a una mujer con esa seguridad en un mundo de hombres”. http://www.youtube.com/watch?v=OGcn15ODltA

Publicado en genetikarockradio.com, 26 octubre 2013

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