Aparte
de que los jukebox iban siendo relegados a una presencia puramente decorativa o
desaparecían sin más ante el empuje de otras fórmulas sonoras, no hay mejor
constancia de esa evolución en las costumbres que unas palabras de Chrissie
Hymde, la líder de los Pretenders: “Pertenezco a una generación que vivía el
rock & roll y el pop como una pasión verdaderamente secreta, el lenguaje
exclusivo de una secta que debía afanarse por buscar la música y la
información. Ahora te lo dan todo en un paquete diminuto y es como si acudieras
a la farmacia a comprar un medicamento genérico”.
Naturalmente,
entre aquellos años setenta y este siglo XXI hubo tiempos medios. Tanto es así
que incluso los mismos Pretenders llegaron a tiempo todavía de sonar en los
últimos jukebox en su época de esplendor, y fue en esas máquinas donde
conocimos a este grupo que vino a ser algo así como el puente entre el punk y
la new wave. Y quizá fuese esa condición híbrida la que le granjeó a Chrissie
acusaciones de charlatana yanqui que nunca conseguiría nada, pues al fin y al
cabo el punk reinante ya por entonces no era menos sectario que otros
movimientos por más que presumiera de pisotear las diferencias de géneros.
El
caso es que, antes de que se apagaran para siempre, en la mecánica de aquellos
aparatos se fueron sucediendo Stop your sobbing, Kid y Brass in pocket, una trilogía que nos conquistó.
En particular la primera, simple y nada pretenciosa, como el nuevo estilo que
se inauguraba; tal vez porque se trataba de una versión de The Kinks (1964), y
nos permitía construir un puente más, en este caso hacia un pasado ni vivido ni
escuchado en directo que se proyectaba hacia el porvenir. Es más, Pretenders
también hicieron versiones de Hendrix, de Neil Young e incluso de Morrisey o
Radiohead. En esa sucesión de recreaciones descubrimos, de hecho, un nuevo
filón musical que no ha dejado de acompañarnos y que merece, creemos, una
atención muy especial. Algunos ejemplos ya han sido comentados en esta serie
que tiende a su fin, pero otros están llamados a protagonizar precisamente un
nuevo espacio que genetikarockradio os ofrecerá a lo largo del próximo año.
Claro
que, no lo vamos a negar, hubo mucho más en el atractivo que nos enganchó a la
banda anglo-estadounidense, y en ello tuvo bastante que ver la figura de
Chrissie Hynde. Es posiblemente la vocalista que mejor ha corporeizado ciertos
tópicos del rock & roll de los que, por supuesto, ni estábamos libres, ni
falta que nos hacía. Y es que aunque habitábamos ya en otra etapa menos
hormonal de nuestra vidas, todavía los últimos pósteres en las paredes
revelaban ciertas adicciones inconfesables.
En suma, Stop your sobbing apareció como single en 1979, un
año antes de que fuese incluida en el álbum «Pretenders», el de su debut. Algo
habría ya por entonces en esa música y en esa cantante que llevó a que Madonna
afirmase: “Pensé: ella tiene agallas, ella es increíble. Me dio coraje,
inspiración el hecho de ver a una mujer con esa seguridad en un mundo de
hombres”. http://www.youtube.com/watch?v=OGcn15ODltA
Publicado en genetikarockradio.com, 26 octubre 2013
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