Febrero es el mes loco por
antonomasia, aunque no se debe pensar que las canciones alocadas a las que va a
atender Moderato Cantábile son todas tributarias de dicho mes. Pero, del mismo modo que hemos
resaltado en otras ocasiones los valores líricos de meses o estaciones, tenemos
que reconocer que febrero también nos ha rondado siempre con sus melodías: las
del amor, las de la memoria golpista, las del carnaval… Así que parece de
justicia aislarlo del común de las hojas del calendario y acomodarlo más
dignamente entre los fetiches en nuestro baúl de emociones. Además, este pobre
mes, tan ligero y mutante en días como cargado de resonancias, acaba
haciéndosenos tan entrañable que de ningún otro se habla con diminutivo: febrerillo, se le dice, febrerillo el loco, como un personaje de cuento.
Resulta que febrero es el segundo
mes del año en el calendario gregoriano y tiene 28 días los años normales y 29
los años bisiestos. En muy raras ocasiones ha habido un 30 de febrero, debido,
bien a la conversión del calendario juliano al gregoriano, bien a la adopción
de un calendario revolucionario en el que todos los meses tenían 30 días. Fue
llamado así en honor a las Februas, el festival de la purificación en la Antigua Roma. Las sabinas
celebraban una fiesta anual de purificación que llamaban Februas, en una fecha que hoy se identifica como el
15 de febrero. Tras la fundación de Roma y el posterior surgimiento del
Imperio, la urbe dominante tomó prestado el nombre de las fiestas Februas para designar el mes en que éstas tenían
lugar, que por entonces era el último del año. Un asunto este del calendario,
como veis, para volverse loco, al que podemos perfectamente dedicar por tanto
nuestros dos primeros cantables recomendados: Me vuelvo loco de Tequila [http://www.youtube.com/watch?v=YFQqz6tU3FU]
y Me pones loco de
Santiago y Luis Auserón [http://www.goear.com/listen/3a7ddf3/me-pones-loco-santiago-and-luis-auseron].
Mas, en fin, no todo en la locura
o cuanto sobre la locura se canta tiene que ver con fechas, por más que ya sea
un tópico hablar de que el tiempo se ha vuelto loco. Por cierto, un fenómeno
este que bien pudiera ser atribuido a la pérdida de sentido colectivo que hace
del mundo y del clima un auténtico cambalache, que va mucho más allá de la
condición cambiante de las isobaras. Escribía Erasmo de Rótterdam en su Elogio
de la locura [http://www.philosophia.cl/biblioteca/erasmo/Elogio%20de%20la%20locura.pdf]
que “la razón, para ser razonable, debe verse a sí misma con los ojos de una
locura irónica”; es decir, que sólo a través de la locura el ser humano sabrá
razonar correctamente, sólo a través de la prueba y del error es probable que
se llegue a una verdad que siempre estará condicionada por otra, puesto que
jamás llegaremos a ser dueños absolutos de la razón. Un auténtico lío, vamos,
digno de canciones como Cada loco con su tema de Joan Manuel Serrat [http://www.youtube.com/watch?v=zjZd3yvMo-g]
o Loco de Andrés
Calamaro [http://www.youtube.com/watch?v=D8GP_LsGKcM].
Y bien, nada tan loco entonces
como el amor, que tiene en el 14 de febrero precisamente sus aposentos más
comerciales que de otra índole. Ocasión y motivo habrá, con toda seguridad,
para dedicarle un episodio especial al amplísimo cancionero que toma al amor y
al desamor como razón de ser, pero no podemos pasar por alto esta oportunidad
que el paseo por el mes loco nos ofrece para anticipar lo que podrá ser. Traigamos
aquí, pues, a modo de pequeño y suculento bocado un par de himnos sentimentales
que nos conmueven muy especialmente. “Gracias por ese largo beso / que, para
mí, ha durado todo un año” son los versos perturbados que cierran 14
février de Jane Birkin [http://www.youtube.com/watch?v=oQW-95PN-co],
una canción dura y fría, como algunos rincones de eso que llaman amor. Y
compensémoslo, no obstante, con una bonita versión de No puedo vivir sin
ti de Coque Malla
acompañado por Anni B Sweet [http://www.youtube.com/watch?v=l6G2U-1LlNs],
que nos descubren cómo nuestros sentimientos pueden conocer también
recreaciones que los enaltecen.
Para ello no hacen falta
disfraces como sucede, por el contrario, con las fiestas carnavalescas que se
despliegan así mismo por los febreros como herencia de otras celebraciones
paganas, las saturnales y lupercales romanas. El cancionero ofrece testimonios
amplios de esos jolgorios, unos pegados directamente al terreno como las
chirigotas y las murgas, otros más colaterales como simple desarrollo del juego
transformista. En estos últimos, para que no haya dudas, descubre Moderato
Cantábile su personalidad
escondida, puesta en evidencia a través de Para Palo de Kiko Veneno [http://www.youtube.com/watch?v=WHPoZQ6I3RA]
y La del pirata cojo
de Joaquín Sabina [http://www.youtube.com/watch?v=m5b4AJTYx3Y].
Claro que, a fin de completar el rito, no se debería olvidar que el Carnaval
tiene también su envés en la Cuaresma, lo cual podemos salvar al menos con la
relectura de la batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma, que escrita dejó Juan
Ruiz, Arcipreste de Hita en su Libro de Buen Amor [http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/R/Ruiz,%20Juan%20-%20Libro%20de%20Buen%20Amor.pdf],
que según él era lo opuesto al loco amor. No es mal asunto para estos tiempos
incrédulos y poco leídos.
Así que lo dicho: mes loco, tiempos locos,
mundo loco. A la hora de cerrar este repertorio, la verdad es que uno no sabe
si reír o llorar, todo es posible según las músicas que elijamos como sonido de
fondo, tal y como hemos tratado de demostrar. Si nos situamos del lado festivo,
lo más oportuno será sintonizar No estamos locos de Ketama [http://www.youtube.com/watch?v=lsjx_z7EjBc];
pero si lo hacemos en plan más reflexivo, entonces no hay duda: Ya no hay
locos de Paco Ibáñez [http://www.youtube.com/watch?v=VxSMM2p3qso],
con una letra extraordinaria del poeta León Felipe: “Todo el mundo está cuerdo,
/ terrible, horriblemente cuerdo”.
Publicado en Saba 2, febrero 2014
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