Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 6 de julio de 2014

Bowie / Parálisis Permanente


     Nunca el pop y el rock español se han mantenido ajenos al ancho mundo de las versiones. Todo lo contrario, desde sus orígenes simples hasta estos días de mezcolanza, siempre han aportado grandiosas muestras de buen hacer en esta ingeniería que no sólo consiste en la libre traducción y acomodo melódico al idioma. No, a veces, muchas veces, han sido auténticas apuestas de riesgo.

     En un reciente artículo muy recomendable, titulado Dilo en español: versiones con personalidad [http://tamtampress.es/2014/05/26/dilo-en-espanol-versiones-con-personalidad/], el buen comentarista Carlos del Riego se extiende en este asunto con sabiduría y se detiene muy especialmente en las aportaciones de dos grupos fundamentales: Siniestro Total y Los Cardiacos. También nosotros, al hilo de La Chanson de Prevert, en el capítulo anterior, destacábamos el caso de estos últimos, aunque el ejemplo traído a colación entonces fuese ya post-cardiaco. Bien, de todos modos la cosecha es extensa, en cantidad y calidad como suele decirse, y podríamos aquí perfectamente acumular un sinfín de episodios, una innumerable sucesión de buenas versiones, múltiples ejemplos de ese filón que ha confirmado que nuestros grupos siempre han estado a la altura. Pero, claro, eran del sur. Y con el inconveniente de que lo latino ha restringido tanto su geografía que acabamos no siendo de ninguna parte.

     Poco importa. La que hoy merece nuestra atención, con reconocimiento masivo o sin él, es posiblemente una de las mejores recreaciones que los músicos españoles han firmado sobre sus originales anglosajones. Y conste que ya el original era magnífico. Nos referimos a Héroes de Parálisis Permanente, interpretación muy sui generis de la homónima de David Bowie.

     La de Bowie venía de 1977 y la había grabado junto a Brian Eno. Palabras mayores por tanto. Su repercusión fue grande y doble: en lo musical porque el álbum del que formaba parte, de igual título, se ganó pronto la etiqueta de ser uno de los mejores del músico británico; y en lo testimonial porque al cabo narraba la historia de dos amantes a la orilla del muro de Berlín: “De pie, al lado del muro / y las pistolas disparando sobre nuestras cabezas. / Y nos besamos / como si nada pudiese caer. / Y la vergüenza estaba en el otro lado”.

     Lo que hizo Eduardo Benavente al frente de su grupo fue leerla conforme a su universo particular, el oscuro universo de Parálisis Permanente, aquella banda tan fugaz como capital en la historia del pop español. La incluyó dentro de su único álbum, «El acto», en 1982, donde también había otra versión de los Stooges, Quiero ser tu perro.  Y, como casi todo en aquel instante de gloria, también Berlín no era ya más que una atmósfera borrosa: “Yo, yo puedo acordarme / estar contigo en Berlín / y nada, nada nos separaría, / seremos nosotros / un día nada mas”. Apenas medio año después de todo aquello, Eduardo fallecía en accidente de tráfico después de un concierto en la ciudad de León.

Publicado en genetikarockradio.com, 7 julio 2014

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