Blog de Ignacio Fernández

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martes, 15 de julio de 2014

De vacaciones


     Si no fuera por lo obsceno que resulta decirlo frente a varios millones doloridos de sus habitantes, este país está a punto de irse de vacaciones si no lo ha hecho ya. Parece cosa natural, como un simple cambio de hoja en el calendario: lo mismo que a junio le sucede julio, a los meses de trabajo le siguen los días de vacación. Está bien que así sea, que se perciba como un hecho consumado, pero igualmente sería bueno que nos detuviésemos a valorar tal advenimiento.

     Como bien deberíamos saber a estas alturas, no estamos ni mucho menos ante un acontecimiento surgido de la nada o venido de la dudosa generosidad de los poderes, sean éstos los que sean en cada caso. Todo lo contrario, es el resultado de una conquista que costó años, que supuso sacrificios y que, finalmente, adquirió un sentido universal a pesar de que no fue con toda seguridad un amplio universo el que peleó por ello. Lo mismo ocurre, claro, con otros derechos laborales o sociales alcanzados sobre todo a partir de la revolución industrial y durante el pasado siglo: descansos semanales, jornada laboral, cobertura de bajas por enfermedad, etc. Ni que decir tiene que a la extensión de todo ello ha contribuido como la mejor herramienta la negociación colectiva y el llamado diálogo social.

     Esos beneficios, como hemos señalado, son y deben ser necesariamente universales. No importa el grado de implicación de los individuos en su consecución, es algo de todos y de todas, lo cual tiene su contrapartida en un sistema de relaciones laborales como el español: la figura del free rider (el gorrón), aquél que obtiene las mejoras sin necesidad de implicarse lo más mínimo, un personaje cada vez más presente en estos tiempos de creciente parasitismo social.

     Ahora bien, lo más importante para los unos y para los otros, para los comprometidos y para los aprovechados, es reconocer un principio fundamental: los derechos no se heredan, se luchan generación a generación. Tal vez esto explique en parte por qué estamos como estamos.

Publicado en La Nueva Crónica, 15 julio 2014

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