Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

martes, 28 de junio de 2016

Turismo de oposición

     Tiempo atrás, quedó aquí glosado y comentado fuera el llamado turismo de porrón y crucifijo, que es santo y seña del turismo local. Se trata de un fenómeno que despierta pasiones entre sus gestores y beneficiarios, pero que apenas si tiene repercusión sobre la economía y el empleo. Economía y empleo sólidos, queremos decir. Cumplen, sí, otro objetivo encubierto muy extendido en estos tiempos: anestesiar a las gentes, pues sabido es que inciensos y orujos son drogas muy útiles para esos efectos. De modo que todos tan contentos: jacobeos, procesionarios, solteros, genarines, sanjuaneros y todas las órdenes del grial y del botellón con sus sumos sacerdotes al frente.

     Mas llegados a este punto, una nueva o vieja variante del turismo se nos presenta y anima el jolgorio hostelero: las oposiciones. Sucedió hace unos meses con las de enfermería y acaba de ocurrir ahora con las de enseñanza. Tantos años sin convocatorias y tanta desesperación laboral han acumulado levas de aspirantes dispuestas a competir al precio que sea. Incluso con una mayor movilidad geográfica. Son precisamente esos movimientos de población necesitada de un trabajo y llamada a opositar los que aprovechan la usura y el abuso para hacer caja. Bajo el sutil argumento de las leyes de oferta y demanda, los precios de los hoteles alcanzan niveles inaceptables en un doble sentido. En principio porque no son asequibles para la población en general, bastante empobrecida. Y en segundo lugar porque se establecen para los más agobiados, convirtiendo así a los parias en objeto supremo de explotación.

     Asistimos, pues, a una muestra elocuente del tipo de riqueza que estamos dispuestos a crear en la provincia: la fertilidad de los buitres. Somos muy dados por acá a demandar inversiones de más allá y no es la audacia empresarial, salvo excepciones, nuestra principal cualidad. El turismo de oposición, como se ve, es una de las nuevas aspiraciones gloriosas de los mesoneros locales. La mejor fórmula para no salir de pobres.

Publicado en La Nueva Crónica, 28 junio 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario