Se
llevan las sandalias. Al menos eso cuentan los innovadores del running, esa actividad que los más
viejos del lugar conocíamos simplemente como correr o echar carreras. Ya no se
trata de calzarse unas horrorosas zapatillas de último grito. Al contrario, lo
último de verdad es la sandalia o incluso el pie descalzo. Con tatuaje, por
supuesto.
Generalizada,
pues, la tonta costumbre de correr gracias a las campañas que predican la salud
o la solidaridad, según casos, la industria de sus complementos crece sin
límites y se supera a sí misma. Cuando ya nos habíamos vestido de todos los
colores y con todos los materiales aerodinámicos inventados hasta la fecha,
resulta que el modelo lo marcan de nuevo los antiguos griegos olímpicos, que se
lo hacían semidesnudos, o el gran Abebe Bikila, que corrió descalzo y ganó la
maratón de los Juegos de Roma en 1960. Es como si nos convirtieran en veganos
del atletismo.
Confiesan
los minimalistas del calzado que de este modo la pisada es más natural,
favorece un mayor contacto con el pavimento y ofrece más información sobre la
carrera. Todo un manifiesto a favor del descalcismo,
que no pasa desapercibido sin embargo a la industria que surte a corretones y
corretonas, eso que hoy llaman runners.
Basta una ojeada turbia y digital a las páginas que se dedican a ello para
reconocer la magnitud del negocio y su capacidad para generarnos tendencias
prescindibles. Superada al parecer la línea fluorescente y chillona, nos abruma
ahora el catálogo de la desnudez bien arropada.
En
suma, lo que importa es correr aunque no se sepa hacia dónde. Hacerlo por
nuestra salud mortal o para ser cómplices con otros padecimientos: ser
narcisista a solas o altruista de pose en las más curiosas y diversas
convocatorias. Todos y todas con nuestras vistosas camisetas, con nuestra cinta
o visera en la cabeza, con las más sofisticadas aplicaciones para contar
kilómetros y marcar ritmos, con unas gafas deportivas de lo más chic y ahora,
además, con sandalias.
Publicado en La Nueva Crónica, 6 agosto 2017
Leído y reflexionado. No sé si estoy de acuerdo con todo. De momento voy a echar una carrera (calzada, por supuesto).
ResponderEliminar