No
es nada nuevo. Siempre existió una conciencia animalista. Incluso el afán
domesticador, aunque fuese en principio un simple afán de supervivencia, tuvo
mucho de supervivencia colaborativa. No en pie de igualdad entre especies,
desde luego, pero se trató de un proceso muy alejado de la explotación
intensiva, dolorosa por tanto, que ejecuta hoy el ser humano sobre animales
destinados a su propia alimentación. Es más bien una forma de explotación sin
medida de un recurso, tal y como ocurre con otros también naturales. Voracidad
y depredación.
En
tiempos modernos, más que recientes, antes incluso de que las ideas animalistas
llegarán a formalizar opciones políticas, la organización Compassion in World Farming (CIWF) contribuyó a que la legislación
europea reconociera a los animales como seres que sienten. Era 1997, siete años
después de que el Papa Juan Pablo II afirmara que “los animales poseen un soplo
vital recibido por Dios”. Lo cual que llevamos más de veinte años tratando de fomentar
el respeto hacia el otro-animal, bien sobre una base religiosa, bien sobre una
base puramente humana en el mejor de los sentidos, la que atiende al
sentimiento en paralelo a la razón.
No
ha sido ni es sencillo y muchas son las apelaciones a la tradición, a la
necesidad o a la costumbre para continuar en la defensa de la ofensa. Sin
embargo, no hay mayor afrenta a la cordura que la de aquellos que se sirven
todavía de los comportamientos animales, reales o tópicos, para adoctrinar al
ser humano en hábitos e ideas. Lo ha hecho la administración de Kenia al culpar
al turismo gay de un encuentro sexual entre leones machos, pues, según el
responsable del organismo censor, los animales han copiado “los comportamientos
de parejas del mismo sexo” y por ello se encuentran poseídos por “fuerzas
demoniacas”. Y lo ha hecho, mucho más cerca de nosotros, el Ministerio de
Sanidad polaco al animar a los ciudadanos a reproducirse como conejos con el
fin de combatir la baja natalidad. Sí, hay manadas.
Publicado en La Nueva Crónica, 19 noviembre 2017
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